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viernes, 13 de abril de 2018

CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA


No hemos aún aprovechado las posibilidades de la cuarta generación de tecnologías móvil (4G) y ya está a punto la quinta (5G) prometiendo poder conectarnos en nuestros hogares, escuelas, lugares de trabajo, ciudades, parques y espacios abiertos con más de mil millones de aparatos. Se asegura que admitirá a 100.000 millones de dispositivos y será entre 10 y 100 veces más rápida que la 4G. Algo deslumbrante para muchos; tanto que la industria aprovechará de nuevo para que nadie se pregunte si puede provocar problemas de salud. Sin embargo va a dar lugar a una enorme proliferación de pequeñas estaciones que se colocarán por todas partes pudiendo provocar al menos serios daños en piel, ojos, corazón, y sistema inmune. La actual contaminación electromagnética es preocupante pero la que se avecina puede ser terrorífica.

A la mayoría de la población pasar de la tecnología 3G a la 4G le pareció excelente porque mejoró su velocidad de transmisión y descarga de datos, pero nadie la explicó que eso podía tener un coste importante de salud. Y ahora pasa lo mismo con la 5G porque es mucho más peligrosa.

En la tecnología 5G obliga a instalar muchísimas más antenas inalámbricas de pequeño tamaño que estén cerca una de otras, así que ya podemos prepararnos para verlas instaladas cada pocos metros en terrazas, farolas, postes eléctricos y otros elementos del mobiliario urbano.

“Las frecuencias milimétricas utilizadas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos como arma de control de masas y las frecuencias 5G tienen la capacidad de hacer que la piel está ardiendo. Se dirigen hacia una multitud y se consigue que la gente huya. Pues bien, ¿quiere tener eso en la farola de su casa?”, se pregunta la doctora Devra Davis al hablar de la tecnología 5G.

En septiembre de 2017 ciento ochenta científicos de 35 países firmaron un manifiesto reclamando que no se permita implantar la tecnología 5G hasta que investigadores independientes hayan investigado a fondo sus potenciales riesgos para la salud y el medio ambiente.

Según Martin Pall la tecnología 5G puede provocar muchos casos de ceguera macular, desprendimiento de retina, glaucoma, pérdidas de audición, tinnitus, infertilidad masculina, melanomas, leucemias y otros tipos de cáncer, disfunciones en el sistema nervioso periférico y graves desarreglos hormonales y del sistema inmune.

Las radiofrecuencias de móviles y antenas pueden dar lugar a muchos problemas conductuales, cognitivos y anímicos que ya están provocando en niños dificultad para conciliar el sueño, aislamiento, menor rendimiento escolar, depresión, déficit de atención, pasividad, agresividad, fobias y hasta intento de suicidio, entre otros muchos problemas.



Reportaje íntegro en DISCOVERY SALUD. Nº 214 Abril 2018.

Pilar Ruiz.